
Si has decidido optar este verano por disfrutar del turismo de sol y playa, estamos seguros de que estarás contando los días para poder darte tu primer chapuzón en tu destino vacacional costero elegido.
Darte un baño en el mar no solo tiene un considerable efecto reparador por su capacidad para ayudarte a dejar a un lado tus tensiones y desconectar, sino también por la elevada concentración de sales y yodo presentes en su composición.
Sin embargo, cuando decidas darte un baño en tu playa preferida, debes tener en cuenta algunas precauciones, entre las que destaca la necesidad de prestar atención a la posible presencia de medusas.
En base a esta reflexión, desde Vitalis Bienestar hoy queremos aprovechar este espacio para arrojar luz sobre las medidas más adecuadas para tratar una picadura de medusa. Descubre con nosotros qué mitos sobre este tema no tienen ninguna base científica y, por el contrario, qué tratamientos sí que son realmente válidos para reducir sus efectos y favorecer su cura.
¿Cómo tratar la picadura de una medusa de una forma efectiva?
Existen numerosos mitos y leyendas urbanas en relación a las actuaciones a seguir para reducir las molestias provocadas por la picadura de una medusa. Entre las más extendidas y, en ocasiones, extravagantes, destaca la idea de frotar la zona irritada con una toalla o aplicar sobre la zona alcohol, amoniaco o, incluso, orina humana.
Desde Vitalis Bienestar consideramos esencial dejar meridianamente claro que ninguna de estas aparentes soluciones se ha demostrado efectivas en este sentido, pudiendo llegar a empeorar la situación.
Por el contrario, si te encuentras ante un incidente de este tipo, te recomendamos que, a partir de la información aportada por profesionales médicos especializados, lleves a cabo las siguientes actuaciones:
- En primer lugar, en el caso de que detectes la presencia de tentáculos de medusa que se encuentran todavía adheridos a la piel, comienza el tratamiento de la zona afectada procediendo cuidadosamente a su retirada. De esta forma, estarás evitando que la sustancia urticante que segregan siga en contacto con la piel.
- Del mismo modo, también será muy conveniente que apliques agua caliente (entre 40 y 45 °C) sobre la zona en la que se ha producido la picadura. Esta medida favorece el reblandecimiento de la epidermis y facilita la expulsión natural de los aguijones presentes en ella.
- Asimismo, a la hora de actuar sobre el dolor y escozor que causa esta picadura, lo más recomendable es optar por la ingestión de analgésicos o antihistamínicos por vía oral, siempre con prescripción médica.
- En base al punto anterior, si percibes que el dolor y las molestias causadas no remiten, o se produce un agravamiento de las mismas con el paso del tiempo, no dudes en solicitar asistencia médica de urgencia. Como solemos comentar siempre en este blog, tu profesional médico de confianza es quien mejor puede realizar un diagnóstico específico de la situación y, en base a ello, recomendar el tratamiento más adecuado para su resolución efectiva.