
Si bien es habitual prestar una especial atención a nuestra salud, y a aquellos hábitos y comportamientos que pueden ayudarnos a disfrutar de una vida saludable, en ocasiones no otorgamos la importancia que merece a los alimentos que comemos en nuestro día a día, y en concreto a su estado.
Por eso, se está observando una creciente incidencia en lo referente al riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria de mayor o menor gravedad.
En base a esta reflexión desde Vitalis Bienestar hoy queremos detenernos en este aspecto, mostrándote algunas recomendaciones que pueden ayudarte a prevenir la posibilidad de sufrir una intoxicación alimentaria.
¿Cómo reducir el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria?
El riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria suele asociarse, principalmente, a los meses veraniegos, debido a la influencia de las altas temperaturas en la aceleración de la degradación natural de un gran número de alimentos.
Sin embargo, desde Vitalis Bienestar te recomendamos que mantengas la guardia en este sentido durante todo el año, teniendo presente en todo momento los siguientes consejos prácticos:
- Como primer aspecto a tener en cuenta, recuerda la importancia de realizar una adecuada limpieza de los alimentos que compras antes de proceder a su almacenamiento o consumo.
- En este punto, a la hora de almacenar tus alimentos, infórmate sobre el modo ideal de conservación de cada uno de ellos, principalmente en lo que respecta a su temperatura y contacto con fuentes de luminosidad y ventilación.
- En consonancia con el consejo anterior, realiza una separación correcta de tus alimentos, empleando recipientes individuales y que, en caso de que sea necesario, cuenten con cierre hermético.
- En relación a todas estas recomendaciones, extrema tus precauciones con aquellos que tienes previsto ingerir crudos, y muy especialmente si se trata de carne o pescado, procediendo en estos casos a su congelación previa durante, al menos, 24 horas.
- Del mismo modo, a la hora de elaborar tus recetas y platos, presta atención a la higiene de tus manos, sobre todo si tienes previsto manipular los diferentes ingredientes.
- Asimismo, lo ideal es emplear utensilios de cocina diferentes entre los diferentes ingredientes, con el fin de reducir el riesgo de transmisión de bacterias.
- Como norma general, lo más recomendable es cocinar los alimentos de origen animal para que su interior alcance una temperatura superior a los 70 °C. De esta forma, disminuirás la posible presencia de elementos nocivos para tu organismo.
- Para finalizar, atempera los alimentos convenientemente si deseas conservarlos en el frigorífico o el congelador después de su elaboración. Así, no solo contribuirás a mantenerlos en su estado óptimo, sino que también evitarás que afecten a aquellos que ya se encuentran en su interior.