Vitalis Bienestar consideramos de enorme importancia que, como progenitores, trabajéis diariamente en el desarrollo de capacidades y habilidades de vuestros hijos.
En este sentido, en Vitalis Bienestar queremos recomendaros que comencéis a contribuir al desarrollo de la inteligencia emocional de nuestros pequeños prácticamente desde su nacimiento.
De esta forma, será posible que el niño ir desarrollando sus competencias emocionales a lo largo de su infancia, dotándole de las herramientas necesarias para que pueda afrontar su vida adulta de la mejor forma posible.
En Vitalis Bienestar somos plenamente conscientes de que la importancia esencial del ámbito familiar, junto al ámbito educativo a una edad más avanzada, en el desarrollo de las emociones del niño, al ser el primer modelo o referente social que este identificará, tanto de forma consciente como inconsciente, a lo largo de su vida.
Vitalis Bienestar te ofrece los secretos para la alfabetización emocional de tu hijo
Al igual que a lo largo de su etapa infantil será necesario contribuir a que nuestro pequeño aprenda a leer y escribir, también será preciso esforzarse en su ‘alfabetización emocional’.
Por ello, estas son las pautas que, desde Vitalis Bienestar, te ofrecemos para trabajar de una forma efectiva la inteligencia emocional de tu hijo, desde su nacimiento hasta la finalización de su primera infancia, en torno a los 6 años:
Fomenta el desarrollo de un ambiente feliz, cálido y positivo; a pesar de su corta edad, los sentidos del bebé actúan como una esponja, captando, procesando y asimilando todas aquellas sensaciones que consideran nuevas y que tendrán una influencia básica en el desarrollo de su carácter y de sus habilidades afectivas.
Controla la presencia e influencia de respuestas no deseadas; si bien el niño va absorbiendo los estímulos emocionales que observa a su alrededor, no dispondrá de un adecuado control de su propia afectividad.
Por ello, desde Vitalis Bienestar tenemos presente que suelen mostrar sus emociones de una forma totalmente expresiva y, en ocasiones, indeseadas. En este punto, será necesario responder a estos comportamientos desde la sensibilidad y la paciencia, aunque manteniéndonos firmes en nuestra postura.
Solamente de esta forma podremos enseñar a nuestro hijo que es posible gestionar sus propias emociones, canalizándolas hacia unas reacciones mucho más sosegadas.
Del mismo modo, en Vitalis Bienestar te recomendamos que prestes especial atención a aquellas conductas que podríamos considerar problemáticas, como es el caso de las rabietas, donde deberemos realizar un ejercicio de reflexión para detectar el origen real de estos comportamientos y actuar directamente sobre sus causas, no sobre sus efectos.