¿Cómo reducir el dolor provocado por una infección reumática?

Descubre con Vitalis Bienestar cómo plantar cara al dolor provocado por una infección reumática

Entre las diferentes enfermedades que suelen incrementar su presencia y viralidad durante los meses otoñales, una de las que está experimentando un mayor crecimiento y, al mismo tiempo, está sujeta a un mayor desconocimiento reside en la fiebre o infección reumática.

Si bien al hablar de esta enfermedad resulta habitual asociarla a la artritis reumatoide, conocida popularmente como reuma, la fiebre reumática se deriva de una infección provocada por estreptococos del grupo A. Estas bacterias cuentan con una mayor predisposición a incrementar su presencia en la garganta, sobre todo, después de una afección por faringitis estreptocócica, o fiebre escarlatina, que ha remitido sin poner en práctica el tratamiento adecuado.

Siendo conscientes de este riesgo de confusión, y del hecho de que se trata de una enfermedad que puede provocar la inflamación no solo de articulaciones, sino también de órganos básicos de nuestro sistema circulatorio o nervioso, desde Vitalis Bienestar consideramos conveniente profundizar sobre este tema.

Conoce con nosotros qué medidas o tratamientos puedes poner en práctica para limitar lo más posible el dolor y los síntomas provocados por una fiebre o infección reumática.

Descubre cómo combatir los efectos de una infección reumática

Si recientemente has sufrido una afección por amigdalitis, de considerable gravedad, y tras recuperarte estás notando un creciente dolor en tus articulaciones, acompañado de episodios de insuficiencia respiratoria o cardíaca, así como la repetición de espasmos corporales involuntarios, es muy posible que te encuentres ante una infección por fiebre reumática.

En caso de que esto ocurra, el primer paso residirá en la necesidad de recibir atención médica lo antes posible, incluso de urgencia en el caso de considerarlo necesario. Más allá de esta prioridad indispensable, desde Vitalis Bienestar te mostramos a continuación algunos consejos que pueden ayudarte, de forma complementaria, a mitigar sus efectos:

  • El primer paso a seguir para reducir el dolor y las molestias provocadas por una infección reumática consistirá en incrementar al máximo tu reposo, con el fin de evitar un sobreesfuerzo de aquellos órganos que puedan estar viéndose afectados por el proceso de inflamación derivado de esta infección.
  • Este reposo no solo deberá concentrarse en aspectos físicos, dirigidos a reducir la fatiga de tus órganos cardiorrespiratorios, sino también a limitar, en la medida de lo posible, someter tu sistema nervioso a un esfuerzo innecesario.
  • Por este motivo, busca un entorno que favorezca tu tranquilidad y bienestar, y aléjate de aquellas situaciones que pueden generarte un mayor estrés, ya que pueden influir en un agravamiento de tu brote infeccioso.
  • Como te hemos comentado anteriormente, y más allá de estos consejos, la aplicación de tratamientos dirigidos a reducir esta infección solamente puede llevarse a cabo a través de consulta médica y prescripción de los medicamentos más adecuados en cada caso. Tu profesional médico de confianza será quien evalúe personalmente tu diagnóstico y te recomiende los medicamentos antibióticos, antiinflamatorios o anticonvulsivos que mejor pueden actuar, en tu caso, frente a esta enfermedad.

Dejar un comentario